
Valores
1 Dios. Creemos que Él es el soberano maestro del universo y que nada es imposible ni sorprendente para Él. Creemos igualmente que Él es trinitario: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo y que los tres son uno solo. Nosotros le amamos con todo nuestro corazón, con nuestra alma, con todos nuestros pensamientos y nuestras fuerzas (Mateo 22:37-38). Él es la prioridad de nuestro amor, y por encima de todo nosotros nos debemos a Él y le ofrecemos nuestra obediencia, nuestra adoración y le damos honra. (1 Samuel 2:30)
2. El reino de Dios. Creemos que es el gobierno invisible, absoluto y auténtico de Dios, por encima de todo reino humano y de toda organización terrestre. Creemos igualmente que Él ha permitido a Sus hijos e hijas el hacer parte de él (Mateo 13:11; Marcos 4 :11), es decir de tener acceso a él, de tomar nuestro lugar en él. Por lo tanto, nosotros ponemos en práctica Sus principios, Su mentalidad y Sus leyes. Cumplir Su voluntad es nuestra pasión y deseo. (Hebreos 12:28)
3. La Familia. Consideramos a la familia como un pilar fundamental, y un elemento central en el plan de Dios, para los seres humanos de modo general, y para la Iglesia y el Reino de Dios, en particular. Distinguimos a la familia natural, o terrestre, de la familia espiritual, o celeste de Dios (Efesios 3:15). Los dos tienen para nosotros su propia importancia; en la primera, más restringida, recibimos las bases de la vida espiritual y aprendemos a ser un ejemplo en el mundo. Mientras que a través de la segunda, más amplia, se revela el plan original de Dios para nuestras vidas, permitiéndonos entonces expresar plenamente nuestros dones y llamados en el seno del cuerpo de Cristo. Reconocemos solamente la unión del matrimonio entre un hombre y una mujer (Génesis 1:27).
4. El valor de la palabra de Dios. Creemos que la Escritura es la verdad absoluta y total, inspirada por Dios, y el fundamento de nuestras vidas (2 Timoteo 3:16). Creemos igualmente que es poderosa, activa, y que es una fuente inagotable de sabiduría y un guía ineludible para el éxito del plan original que Dios creó para nuestras vidas. En el Reino de Dios, nos comprometemos a estudiarla en profundidad, a ponerla en práctica y en acción (Santiago 1:22). Además, según 1 Juan 2:27, consideramos que sólo la Unción del Espíritu Santo sobre nuestras vidas realmente nos permite penetrar los misterios escondidos en su palabra y profundizar en ellos.
5. La pasión por el progreso. El deseo de Dios es que prosperemos en todas las cosas (3 Juan 1:2), y que tengamos vidas abundantes (Juan 10:10 Segunda parte). Por ello, apreciamos el crecimiento constante, y procuramos evolucionar, ir adelante, y entrar en otros niveles y dimensiones de fe, de Unción, de gloria, y de bendiciones.
6. El carácter de Cristo. Creemos que el objetivo de cada hombre y de cada mujer debería ser esforzarse, cada día, por desarrollar el carácter sobrenatural de Cristo en su propia vida; es decir, manifestar la bondad, el amor y la compasión, y vivir en la integridad, la humildad, el temor de Dios, la santidad y la madurez, totalmente como Jesús lo hizo; Él que se humilló y se sometió a la voluntad de Su Padre (Juan 5 19). Él es nuestro divino modelo, y debemos imitarlo, y seguirlo (Romanos 8:29).
7. El valor de transferencia generacional. En el antiguo testamento, Dios es a veces descrito como el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Creemos así que los padres tienen la capacidad y la gracia de transmitirles a sus hijos espirituales y naturales la fé, la unción y la bendición material y espiritual (Éxodo 3:15; Deuteronomio 30:19; Lucas 1:50).
8. La regla del intercambio espiritual. Dios es un Dios de amor sobrenatural. En Jesucristo, nos dio la salvación para que pasemos la eternidad con Él. En la cruz, hubo un intercambio, Él tomó nuestra maldición (Gálatas3 13) a cambio de darnos la vida eterna, la bendición, porque la paga del pecado es la muerte. A causa de este intercambio, ahora, todas las promesas de Dios están disponibles para nosotros.