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Renovar nuestro espíritu

Todos los días, nosotros los hijos de Dios, debemos renovar nuestro espíritu con la ayuda del Espíritu de Dios a fin de no caer en las trampas del enemigo (Romanos 12 :2). En efecto, satanás, nuestro adversario, nos observa y nos estudia esperando el momento en el que seamos más vulnerables para enviar sus mentiras a nuestro espíritu. Así, si somos ignorantes de las cosas de Dios, de nuestra identidad en Él, y de nuestra posición en Su reino, inevitablemente morderemos el anzuelo y creeremos las mentiras que él nos envía, con el único objetivo de alejarnos de Dios y de Su plan para nuestras vidas. Plan que incluye el cumplimiento de Sus promesas y de todos los favores y bendiciones que nos ha preparado desde antes. 

 

De este modo, cundo sucede cualquier cosa nueva en nuestras vidas (una nueva forma de recreación, un nuevo trabajo o relación, malas noticias, etc…) o más generalmente, ante todo lo que demande nuestro valioso tiempo, es muy importante evaluar si ello nos alejará o nos acercará de Dios y de nuestra familia, porque las bendiciones que se nos ofrecen no provienen todas de Dios. 

¿Porque? 

 

Por la simple razón que hay un orden divino que debemos respetar en nuestras vidas y este orden es el siguiente: en primer lugar, está Dios, en segundo lugar, nuestras familias y enseguida nuestro compromiso con la obra de Dios (el ministerio, los diversos servicios en los que participamos en nuestra iglesia, etc.). Con el fin de desestabilizarnos, satanás hará todo lo que este a su alcance para invertir estas prioridades en nuestras vidas. Por lo tanto, es necesario estar atentos y orar como nos lo enseña la Palabra de Dios (Marcos 14:38; 1 Pedro 5:8; Lucas 21: 34-35) 

  

Como lo hizo con Jesús, satanás intentará hacernos dudar de nuestra identidad espiritual (Lucas 4:1-2). Nuestra identidad de hijos e hijas de Dios, de herederos de un patrimonio celestial inmenso (Efesios 1:3-4). Por lo tanto, nuestra progresión en la fe proviene en gran parte de la seguridad que tenemos de nuestra identidad espiritual, del hecho de tomar consciencia que somos los hijos y las hijas del Dios creador. Ésta es la verdad que satanás no desea que conozcamos. 

 

Pero gloria a Dios por la renovación del espíritu, la cual es un arma poderosa. Por este medio, satanás pierde poco a poco la influencia negativa que él pueda tener sobre nosotros, así como su poder de tentación y de opresión sobre nosotros cuando nos envía pensamientos mentirosos. Porque en efecto, con un espíritu bien dispuesto, tenemos mucha más seguridad y conocimiento de la verdad.  

 

¿Cuál es esta verdad?  

Que Jesús es el Señor de señores y que Él tiene toda autoridad (Colosenses 2:9-10). Esta autoridad Él nos la ha dado (Lucas 10:19), por lo que nosotros podemos, en el nombre de Jesús, reprender y vencer a satanás, quien no tiene otra alternativa que huir lejos de nosotros (Santiago 4:7-8). Wow! Qué privilegio ser hijos e hijas de nuestro Padre celestial.  Gracias Jesús por haber hecho todo por nosotros. 

Guardemos entonces esta verdad en nuestros corazones y cada día, con la ayuda del Espíritu Santo, renovemos nuestro espíritu con ésta que es nuestra verdadera identidad, nuestra afiliación espiritual y nuestra herencia celestial (Romanos 8:14-17). Nosotros no somos cualquier persona, por lo tanto, aprendamos a vernos en el espíritu conforme a nuestra posición de hijos e hijas de Dios. Porque esta posición nos confiere numerosos derechos y privilegios. Veamos algunos de ellos: 

 

  

-Jesús, por Su muerte y Su resurrección, restableció nuestra relación con Dios el creador, nuestro Padre celestial 

-Nosotros viviremos en la eternidad junto a Él 

-Jesús vive en nosotros 

-Estamos predestinados a ser conforme a la imagen de Jesús (Romanos 8:29) 

-Fuimos creados para dominar (Génesis 1:26) 

-Recibimos autoridad sobre todo poder de satanás y nada puede dañarnos (Lucas 10:19;    Efesios 1:18-23; Mateo 16:19) 

-Gozamos del amor de nuestro Padre celestial (1Juan 4:18-19) 

-Jesús está siempre con nosotros hasta el fin del mundo (Mateo 28:20) 

Como hijos e hijas de Dios tenemos también responsabilidades. Veamos algunos versículos que nos dan una idea de ellas (Juan 14:15; Juan 14:12; Marcos 16:15-18; 1 Juan 2:27; 2 Pedro 3:14; Efesios 5:1; Judas 20)  

 

La diaria renovación de nuestro espíritu, en cuanto a tiempo de calidad y de intimidad con el Espíritu Santo, es por lo tanto la clave y una poderosa arma para alcanzar una aceleración en nuestro crecimiento espiritual, y en el proceso de transformación a la imagen de Jesús; y nosotros obtendremos con seguridad muchos beneficios y ventajas. 

 

En primer lugar, siempre tendremos una ventaja sobre satanás, no nos olvidemos que él busca sin cesar debilitarnos y destruirnos robando nuestra unción y bendiciones. Así, cada vez que él se presente, nosotros seremos capaces de percibirlo, discernirlo y reprenderlo en el nombre de Jesús (Marcos 14:38). ¡Amén! 

 

Entonces, seremos también capaces, gracias al espíritu renovado, de mantener el control de nuestra alma, de nuestras emociones y también de las pasiones y deseos de nuestra carne. La voluntad de Dios podrá entonces cumplirse plenamente en nuestras vidas. ¡Amén! 

El verdadero combate que debemos tener consiste es entregarle todo el control de nuestras vidas a Jesús, muriendo a nuestros deseos carnales y emocionales, con el fin de darle a Él toda libertad para actuar sobrenaturalmente, a través de nosotros, sobre todo el territorio en el cual Dios nos ha establecido (familia, amigos, lugar de trabajo, personas que conocemos o encontramos). Renovar nuestro espíritu todos los días nos ayudará a hacer las obras que el Señor ha preparado de antemano para nosotros (Efesios 2:10) 

   

 En conclusión, pidamos al Espíritu Santo venir, a través de revelaciones frescas, para ayudarnos a comprender y a asumir completamente nuestra posición ante Dios y en Su Reino (Marcos 16 :15-16) 

 

Yo declaro un gran avance espiritual en su vida, en el nombre de Jesús, y reprendo a todo mal espíritu que desea alejarle del plan que Dios, por amor, ha preparado de antemano para su vida, desde antes de la fundación del mundo. ¡Amén y amén! 

 

 

Juntos para el Reino de Dios

 

Juan 13:35

Apóstol Julien Tardif

Ensemble unis par Jésus | Jean 13:35

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